Cómo planificar un entrenamiento en adultos
Cada club es un mundo y cada cuerpo técnico tiene su propio estilo a la hora de organizar los entrenamientos, ya que los recursos, las necesidades y las filosofías de trabajo pueden variar considerablemente de un equipo a otro. Esto se traduce en una gran diversidad de enfoques y métodos, cada uno de los cuales tiene su propio valor. Esta entrada no pretende sentar cátedra ni establecer un modelo definitivo, sino más bien ofrecer una perspectiva distinta, con el objetivo de aportar ideas, herramientas y orientación a quienes lo necesiten, especialmente a aquellos que se encuentran en la etapa de entrenamiento de porteros en equipos de primer nivel. La intención es proporcionar una guía que pueda ser útil para ajustar las sesiones según las particularidades del equipo y del cuerpo técnico, respetando siempre el enfoque personal de cada entrenador.
Contexto del Entrenamiento
En las etapas catalogadas como «primer equipo», el tiempo que el entrenador de porteros tiene disponible para trabajar de manera específica con ellos puede variar de forma significativa. Esto depende de múltiples factores, como el calendario de competición, las condiciones físicas de los jugadores, las prioridades del cuerpo técnico y la estrategia general del equipo.
Por lo general, el entrenador de porteros cuenta con 2-3 sesiones de entrenamiento específicas a la semana, en las que puede profundizar en aspectos técnicos, tácticos y físicos. No obstante, el tiempo que se le asigna para trabajar con los porteros puede fluctuar entre unos 25 y 50 minutos, lo que representa un desafío importante para optimizar cada minuto disponible. En este sentido, la planificación y la flexibilidad se vuelven claves para garantizar que los objetivos de cada sesión se alcancen de manera efectiva.
Comunicación en el Cuerpo Técnico
Un aspecto fundamental para el éxito en la planificación y ejecución de los entrenamientos es la comunicación continua y fluida entre el entrenador de porteros y el resto del cuerpo técnico. Esta comunicación es esencial para conocer de antemano el tiempo disponible para las sesiones de porteros, lo que permite una planificación adecuada y una distribución eficiente de las actividades. Además, saber cuál será el enfoque global de cada entrenamiento es crucial, ya que el trabajo del portero debe alinearse con los objetivos generales del equipo.
Por ejemplo, si el entrenamiento del equipo en general se centra en situaciones de juego aéreo o en la defensa de jugadas a balón parado, el entrenador de porteros podrá ajustar su sesión para trabajar aspectos relacionados, como salidas en el juego aéreo, colocación en el área o coordinación con la línea defensiva. Esta coordinación no solo optimiza el rendimiento del portero, sino que contribuye a la cohesión general del equipo, permitiendo una transición fluida entre las diferentes fases del entrenamiento.
Planificación Semanal
A modo de ejemplo, tomemos una semana de entrenamiento en la que el entrenador de porteros tiene dos días para trabajar de manera específica con sus jugadores. Estos días, aunque parezcan pocos, son suficientes si se gestionan adecuadamente los tiempos y se priorizan los objetivos correctos en cada sesión.
Día de Carga
Generalmente, el día de carga se ubica al inicio de la semana, después del descanso post partido. En este día, se busca que los porteros trabajen aspectos físicos más exigentes, especialmente relacionados con la fuerza, ya que hay suficiente tiempo para recuperarse antes del próximo encuentro. Este tipo de sesiones suele combinar ejercicios de técnica con ejercicios de potencia y resistencia, siempre enfocándose en situaciones específicas del rol del portero.
Durante esta jornada, es ideal incluir un calentamiento que no solo prepare físicamente al portero, sino que también incluya tareas preventivas para minimizar el riesgo de lesiones. Ejercicios con el bosu o en situaciones de desequilibrio son especialmente útiles en este contexto, ya que fortalecen la estabilidad y el control corporal, fundamentales para el portero en situaciones de juego real.
Ejemplo de actividades para el día de carga:
- Calentamiento y prevención: Uso del bosu, ejercicios de equilibrio dinámico.
- Trabajo de fuerza: Ejercicios de potencia (saltos explosivos, desplazamientos rápidos) y resistencia (bloqueos repetidos, carreras cortas con peso).
- Técnica simple: Trabajo en caídas laterales, control de juego aéreo, reacción en situaciones uno contra uno.
Último Día de Entrenamiento
El último día de entrenamiento específico antes de un partido debe centrarse en situaciones reales que puedan darse en el encuentro, adaptándose tanto a las características del rival como a las necesidades particulares de cada portero. Este enfoque práctico permite que los jugadores entrenen bajo presión, simulando las condiciones de un partido, lo que favorece la toma de decisiones rápidas y efectivas en el terreno de juego.
Es recomendable que, en esta última sesión, el entrenador incluya ejercicios que simulen jugadas específicas que el equipo rival utilice con frecuencia, como esquemas de ataque o patrones en jugadas a balón parado. Además, se debe aprovechar este día para trabajar de manera individualizada con los porteros, atendiendo a sus puntos fuertes y áreas de mejora para asegurar que lleguen al partido en las mejores condiciones posibles.
Ejemplo de actividades para el último día:
- Simulación de situaciones de partido: Recreación de jugadas específicas como salidas ante centros, despejes rápidos tras saques de esquina o tiros desde fuera del área.
- Análisis del rival: Ejercicios basados en los patrones ofensivos del equipo contrario, como su tendencia a centrar balones al área o buscar el disparo lejano.
- Trabajo individualizado: Adaptación de ejercicios según las necesidades de evolución de cada portero, ya sea en agilidad, reflejos o colocación.
Conclusión
Planificar el entrenamiento de los porteros en un equipo adulto, especialmente en un contexto competitivo, requiere un enfoque flexible y adaptado a las circunstancias de cada semana. Es esencial que el entrenador de porteros mantenga una comunicación constante con el resto del cuerpo técnico para ajustar las sesiones de acuerdo al tiempo disponible y a las prioridades del equipo. Además, la capacidad de personalizar las sesiones para cada portero, teniendo en cuenta su progreso individual, resulta clave para su desarrollo y rendimiento en el campo.
Cada entrenador tiene su propio estilo y método de trabajo, pero los principios que hemos expuesto en este artículo pueden servir como guía para estructurar sesiones productivas y orientadas al éxito. Como dice el dicho, «cada maestrillo tiene su librillo», pero esperamos que estas ideas y consejos te ofrezcan una nueva perspectiva que te ayude a seguir mejorando en tu labor. ¡A seguir trabajando con pasión y dedicación!