El pase atrás: ¿Una acción imposible para el portero?

En el fútbol, pocas acciones son tan temidas por los porteros como el pase atrás, también conocido como el “pase de la muerte”. Esta jugada suele ser sinónimo de peligro inminente, ya que, en la mayoría de los casos, termina en gol del equipo rival. Sin embargo, ¿es realmente una acción imposible de detener? La respuesta es un NO. Con la preparación adecuada, el portero puede enfrentar esta situación con mayores probabilidades de éxito.

La clave: Lectura del juego y comprensión del balón

El fútbol no tiene imposibles, y el pase atrás no es la excepción. La capacidad de un portero para detener este tipo de jugadas radica en su lectura del juego y en su habilidad para interpretar el movimiento del balón. No hay que olvidar que, al final, es el balón quien define la dirección y el ritmo de la acción. Por lo tanto, la atención y la anticipación son fundamentales.

Existen numerosas paradas históricas en las que el portero ha logrado neutralizar pases atrás en situaciones críticas. Estas acciones no son cuestión de suerte o «milagros», sino el resultado de un entrenamiento específico, una comprensión profunda del juego y un enfoque táctico claro.

Una portera de fútbol estando atenta ante un pase atrás

¿Cómo entrenar la reacción ante un pase atrás?

La capacidad para detener un pase atrás no solo se puede trabajar, sino que debe entrenarse. Una metodología eficaz es dividir el área en zonas clave, lo que ayuda al portero a anticipar las posibles trayectorias del balón según la ubicación del rival. Estas zonas pueden denominarse de diferentes maneras, como zona 1 y zona 2, zona A y zona B, zona cercana y zona lejana, o zona primer palo y segundo palo.

A continuación, analizaremos cómo actuar según la posición del balón en el área y las probabilidades de éxito que puede tener el portero:

Zona A: Próxima al primer palo

Esta zona corresponde al área más cercana al primer palo, que suele ser el punto de partida del portero ante un pase atrás.

  • Comportamiento del rival: En esta situación, el jugador atacante tiende a buscar un golpeo directo y recto hacia portería, ya que es la opción más cómoda.
  • Probabilidad de remate: Los disparos suelen dirigirse hacia el espacio comprendido entre el primer palo y el centro de la portería.

 

Cómo debe actuar el portero:
El portero debe estar bien posicionado para cubrir esta franja, prestando especial atención a los movimientos del jugador rival. La clave es anticiparse al golpeo, reduciendo el ángulo y manteniendo una postura que le permita reaccionar rápidamente hacia ambos lados.

Zona B: Próxima al segundo palo

Esta zona abarca el área más lejana al palo de partida del portero. Es un escenario más complejo, ya que el remate puede producirse desde diferentes ángulos y, generalmente, hay más jugadores acumulados en el área pequeña, lo que reduce la visibilidad.

  • Comportamiento del rival: Al igual que en la zona A, los jugadores suelen optar por un golpeo recto a portería, buscando el espacio entre el centro de la portería y el segundo palo.
  • Probabilidad de remate: Los disparos en esta zona son más difíciles de predecir, ya que pueden ir dirigidos hacia cualquiera de estos dos puntos clave.

 

Cómo debe actuar el portero:
La capacidad de desplazamiento rápido es crucial aquí. El portero debe moverse con velocidad y precisión para colocarse en una posición óptima antes de que el rival ejecute el remate. El objetivo es llegar con suficiente antelación para posicionarse correctamente y estar listo para repeler el disparo.

Además, es fundamental mantener una postura equilibrada que le permita cubrir tanto el centro de la portería como el segundo palo.

Factores determinantes en la efectividad del portero

Para maximizar las probabilidades de éxito al enfrentar un pase atrás, el portero debe centrarse en los siguientes aspectos:

    1. Anticipación: Leer el juego y prever las intenciones del rival. Esto incluye analizar el posicionamiento y la dirección corporal del jugador que realiza el pase.
    2. Velocidad de desplazamiento: Moverse con rapidez y eficacia para cubrir la zona objetivo antes de que se produzca el remate.
    3. Técnica de posición: Adoptar una postura que permita reaccionar hacia ambos lados, maximizando el área de cobertura en la portería.
    4. Concentración total: Este tipo de acciones suele darse en situaciones críticas, por lo que la atención y el enfoque deben ser máximos.

 

Conclusión

Lejos de ser una acción imposible, el pase atrás es una jugada que, aunque compleja, puede ser entrenada y perfeccionada. Con un enfoque táctico adecuado, una metodología basada en zonas y un trabajo constante en la lectura del juego, el portero puede mejorar significativamente su capacidad para detener estos balones.

Al final, el secreto radica en la preparación y en la capacidad de interpretar el juego en fracciones de segundo. No hay barreras imposibles para un portero que se entrena con dedicación y comprensión del balón.

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