El saque de portero y su lugar perdido en los entrenamientos

Los saques de portería son un aspecto fundamental en el desempeño de cualquier portero, pero a menudo son los grandes olvidados en los entrenamientos. Estas acciones, ya sean realizadas con la mano o con el pie, tienen un impacto directo en el juego, facilitando la transición ofensiva del equipo o garantizando el control del balón desde el inicio de una jugada. Sin embargo, es común encontrar a porteros adolescentes con dificultades para realizar un buen saque debido a la falta de práctica y atención en las sesiones de entrenamiento.

Un portero realizando un saque de portería durante un partido

En esta publicación, repasaremos los principales tipos de saques de portería, su técnica y cómo integrarlos de manera efectiva en los entrenamientos para maximizar el rendimiento de los guardametas desde edades tempranas.

Saque con el pie plantado

Este saque, uno de los más comunes, requiere precisión y control técnico.

Portero realizando un saque plantado
  1. Preparación: Dar cuatro pasos hacia atrás, dejando el balón en el centro, entre el portero y el receptor.
  2. Posicionamiento: Dar un paso hacia el lado derecho o izquierdo, según el pie de golpeo.
  3. Carrera: Realizar una breve carrera y ubicar el pie de apoyo junto al balón, en una posición estable y cómoda.
  4. Golpeo: Impactar el balón con el empeine interior, golpeando en la parte inferior y centrada del esférico para asegurar un trayecto recto y preciso hacia el receptor.

Saque de semivolea

Este saque es clave para realizar envíos largos y rápidos, pero también es uno de los más difíciles de ejecutar correctamente.

  1. Sujeción: Sostener el balón con la mano contraria al pie de golpeo.
  2. Colocación: Orientar el cuerpo a 180º respecto al objetivo, de lado.
  3. Preparación: Realizar unos pasos cortos y soltar el balón, enviándolo hacia delante, justo antes de que el pie de apoyo toque el suelo.
  4. Golpeo: Impactar el balón con el empeine, recayendo el peso del cuerpo sobre la pierna de apoyo.
Un portero realizando un saque de semivolea

Saque raso con la mano

Ideal para iniciar jugadas controladas, este saque es técnicamente sencillo pero requiere precisión.

Una portera realizando un saque raso con la mano
  1. Postura inicial: Flexionar la rodilla contraria a la mano que realizará el saque.
  2. Movimiento: Llevar el balón desde la parte trasera hacia adelante con la mano.
  3. Liberación: Soltar el balón a ras de suelo, evitando botes, para facilitar su recepción.

Saque aéreo con la mano

Este saque permite superar varias líneas del equipo rival, siendo una herramienta poderosa en transiciones rápidas.

  1. Preparación: Realizar un paso hacia adelante con la pierna contraria a la mano que lanza.
  2. Posición del cuerpo: Llevar el balón hacia la parte trasera del cuerpo y orientarse lateralmente.
  3. Ejecución: Ejecutar un movimiento circular y rápido con el brazo, pasando por encima de la cabeza, soltando el balón en el momento preciso según la distancia al receptor.
Una portera realizando un saque aéreo con la mano

Cómo entrenar los saques de portería

Entrenar los saques de portería es fundamental para integrarlos de manera efectiva en el juego. Para ello, es necesario combinar ejercicios técnicos con situaciones simuladas que emulen condiciones reales:

  • Saques con la mano: Estos pueden integrarse en ejercicios dinámicos, como enviar el balón hacia miniporterías o compañeros tras una acción técnica defensiva. Esto no solo mejora la precisión, sino que también fomenta la toma de decisiones. Simular escenarios de presión, donde el portero elija entre un saque raso o aéreo, permite desarrollar su capacidad de respuesta en situaciones reales.
  • Saques con el pie: Requieren más espacio, por lo que se recomienda practicarlos al final del entrenamiento. Un ejercicio eficaz es apuntar a objetivos específicos, como el larguero o zonas delimitadas, trabajando precisión y potencia. También se pueden realizar envíos largos hacia un compañero en movimiento, ayudando al portero a desarrollar tanto la técnica de golpeo como su visión de juego.

Con sesiones regulares y progresivas, los porteros pueden adquirir mayor confianza y efectividad en sus saques, transformándolos en una herramienta estratégica para su equipo.

La importancia de trabajar los saques desde edades tempranas

Introducir el entrenamiento de los saques desde edades tempranas es crucial para el desarrollo integral de los porteros. Estas acciones, especialmente el saque de semivolea, requieren coordinación y técnica, por lo que cuanto antes se inicien, más natural será su ejecución en el futuro.

Los entrenamientos tempranos permiten no solo mejorar la técnica, sino también inculcar hábitos de precisión y toma de decisiones bajo presión. Por ejemplo, ejercicios que combinen rapidez y precisión pueden preparar a los jóvenes porteros para enfrentar escenarios reales de juego, dándoles una ventaja competitiva desde el principio.

Fomentar estos entrenamientos en etapas formativas garantiza que los porteros crezcan con una base técnica sólida y confianza en su capacidad para influir positivamente en el desarrollo del juego del equipo.

Conclusión

Los saques de portería no deben ser los grandes olvidados en los entrenamientos. Perfeccionarlos no solo mejora el rendimiento individual del guardameta, sino que también aporta un valor estratégico clave para el equipo. Invertir tiempo en su práctica desde edades tempranas garantiza que los porteros cuenten con herramientas efectivas para marcar la diferencia en el campo.

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