Cómo aprovechar los entrenamientos con el equipo

En el fútbol actual, el rol del portero ha evolucionado tanto que ya no basta con dominar los aspectos específicos del puesto. Aunque la mayoría de clubes cuentan con entrenamiento específico de porteros, enfocado sobre todo en los fundamentos técnicos y tácticos —tanto defensivos como ofensivos—, cada vez cobra más relevancia el trabajo de la llamada técnica inespecífica.

Este tipo de técnica se desarrolla, en gran medida, durante los entrenamientos grupales con el equipo, y es precisamente ahí donde muchos porteros pueden marcar la diferencia en su rendimiento global.

¿Qué es la técnica inespecífica y por qué es tan importante?

La técnica inespecífica engloba todas aquellas acciones que, aun no siendo exclusivas del portero, forman parte esencial del modelo de juego moderno: controles, pases bajo presión, cambios de orientación, movilidad, lectura del juego o incluso la capacidad para detectar ventajas antes de recibir el balón.

Debido a las nuevas demandas del fútbol, el guardameta debe ser capaz de participar activamente en la fase ofensiva, convirtiéndose en una opción segura para iniciar el juego. Por ello, dominar aspectos como el juego con el pie es fundamental, y puedes profundizar más en este tema en este artículo:

https://elportero.es/el-portero-y-el-juego-con-el-pie/

Aprovechar los entrenamientos con el equipo: una oportunidad que no se debe desaprovechar

El portero no debe acudir al entrenamiento grupal simplemente a “cumplir” o a rellenar espacios. Al contrario: estos entrenamientos representan el entorno más real y evolutivo posible para mejorar su técnica inespecífica, muchas veces más que en una sesión específica.

Durante el entrenamiento con el equipo, el portero se enfrenta a acciones reales del juego:

Recepciones orientadas
Pases en corto y largo
Cambios de orientación
Movimientos tácticos en función de la línea defensiva
Lectura corporal del rival para anticiparse

Sobre este último punto, puedes ampliar información aquí:

https://elportero.es/lectura-corporal-del-rival/

Además, la participación activa en tareas colectivas permite al portero familiarizarse con las situaciones que se encontrará durante el partido, ya sea en salidas, basculaciones, achiques o interpretaciones del espacio. Para entender mejor la importancia de la toma de decisiones en espacios reducidos y la capacidad para minimizar ángulos, te puede interesar:

https://elportero.es/la-reduccion-de-angulos-y-la-bisectriz-en-el-portero-de-futbol/

Integración táctica del portero durante el entrenamiento grupal

Cada tarea del entrenamiento del equipo brinda al portero información valiosa para comprender cómo debe posicionarse en relación con la defensa, tanto para anticipar posibles situaciones de peligro como para ofrecer una línea de pase segura en la salida de balón. Puedes ampliar este concepto aquí:

https://elportero.es/como-debe-posicionarse-un-portero-segun-la-defensa/

En actividades colectivas, el guardameta aprende a:

Relacionarse con la línea defensiva
Ajustar su posición según la basculación del equipo
Interpretar la profundidad del juego
Decidir correctamente cuándo intervenir y cuándo ser paciente

Estas habilidades son imposibles de simular al 100% en un entrenamiento específico, por lo que deben potenciarse al máximo cuando el portero trabaja con el equipo.

Una mentalidad clave: implicación total

Para que el entrenamiento grupal aporte valor real al portero, este debe afrontarlo con la mentalidad adecuada:
✔ Implicación máxima
✔ Actitud proactiva
✔ Intención de mejorar en cada acción
✔ Atención constante a las demandas del juego

El portero moderno no puede permitirse “desconectar” durante estas sesiones. Cada pase, control o decisión tomada en los entrenamientos del equipo será directamente transferible al partido.

Conclusión: el entrenamiento con el equipo, una herramienta esencial para el portero actual

Aprovechar los entrenamientos con el equipo es imprescindible para que el portero siga evolucionando dentro del modelo de juego contemporáneo. La técnica inespecífica, la toma de decisiones bajo presión, la relación con la defensa o la participación activa en la construcción del juego solo pueden desarrollarse plenamente en tareas colectivas.

Por ello, el portero debe asumir estos entrenamientos como una oportunidad para convertirse en un jugador más completo, resolutivo y adaptado a las exigencias del fútbol moderno.