Bert Trautmann: El soldado nazi que se convirtió en héroe del Manchester City

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Pocas historias en el mundo del fútbol son tan impactantes como la de Bert Trautmann, un hombre que pasó de ser soldado nazi a convertirse en una leyenda del Manchester City. Su valentía, tanto dentro como fuera del campo, lo inmortalizó en la memoria del fútbol inglés. Pero, sin duda, el episodio que lo elevó a la categoría de mito fue la final de la FA Cup de 1956, cuando jugó con una vértebra rota y llevó a su equipo a la victoria.

De la Segunda Guerra Mundial a las porterías inglesas

Bert Trautmann nació en Bremen, Alemania, en 1923. Durante su juventud, fue miembro de la Juventud Hitleriana, como muchos niños alemanes de su época. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se alistó voluntariamente en la Luftwaffe, donde sirvió como paracaidista. Fue capturado por los británicos en 1945 y enviado a un campo de prisioneros de guerra en Lancashire, Inglaterra.

A pesar de ser un exsoldado alemán en un país que todavía recordaba con dolor los horrores de la guerra, Trautmann decidió quedarse en Inglaterra tras su liberación. Comenzó a jugar como portero en equipos locales, y su talento pronto llamó la atención del Manchester City, que lo fichó en 1949. La decisión generó controversia y protestas, pero con el tiempo, su inquebrantable dedicación al club y su extraordinaria habilidad bajo los tres palos lo convirtieron en un ídolo.

La Final de la FA Cup de 1956: Un acto de valentía inolvidable

El 5 de mayo de 1956, el Manchester City se enfrentó al Birmingham City en la final de la FA Cup en el mítico estadio de Wembley. Con el marcador 3-1 a favor del City, en el minuto 75, Trautmann sufrió una brutal colisión con el delantero Peter Murphy. El golpe fue devastador: su cuello se dobló de manera alarmante, y quedó visiblemente afectado.

En aquella época, las sustituciones de porteros no estaban permitidas, por lo que, a pesar del dolor, Trautmann decidió seguir jugando. Durante los últimos minutos del encuentro, realizó varias atajadas cruciales que aseguraron la victoria de su equipo. Solo días después del partido, cuando se sometió a exámenes médicos, descubrieron lo impensable: había jugado con cinco vértebras cervicales dislocadas y una fractura en la segunda vértebra, una lesión que pudo haber sido fatal.

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Un legado inmortal

A pesar de la gravedad de su lesión, Trautmann logró recuperarse y continuó jugando hasta 1964, acumulando un total de 545 partidos con el Manchester City. Durante su carrera, se ganó el respeto y la admiración de jugadores y aficionados por su valentía y habilidades excepcionales.

Aunque no hay evidencia de que los hinchas retiraran la portería en la que jugaba para honrar su legado, su impacto en el club y en el fútbol inglés es incuestionable. Trautmann se convirtió en un símbolo de resiliencia, superación y reconciliación.

Después de su retiro, trabajó promoviendo el fútbol y fomentando la amistad entre Alemania e Inglaterra, lo que le valió la Orden del Imperio Británico. En 2013, falleció a los 89 años en La Llosa, Castellón, España, donde había decidido establecerse en sus últimos años de vida. Su historia trasciende el deporte y sigue inspirando a generaciones.

La historia de Bert Trautmann es la prueba de que el fútbol es mucho más que un juego: es un escenario donde se forjan héroes, donde la determinación supera las barreras y donde una segunda oportunidad puede cambiarlo todo.

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