Lesiones más comunes en porteros y cómo prevenirlas

Portero en el suelo lesionado de la espalda.

El portero es una figura única dentro del equipo de fútbol. Su papel exige movimientos explosivos, reflejos rápidos y un control corporal preciso en situaciones de alto impacto. Por esta razón, su cuerpo está constantemente sometido a esfuerzos distintos a los del resto de jugadores, lo que lo hace especialmente propenso a ciertos tipos de lesiones.

En este artículo exploramos las lesiones más comunes que afectan a los porteros —dedos, hombros, rodillas y zona lumbar— y te damos estrategias prácticas para prevenirlas.

Lesiones en los dedos: Esguinces, luxaciones y fracturas

Los dedos son una de las partes más vulnerables del cuerpo del portero. Atrapar balones a gran velocidad, desviar tiros potentes o caer al suelo con las manos extendidas puede causar desde esguinces leves hasta fracturas.

Lesiones más comunes:

  • Esguinces en los ligamentos de los dedos.
  • Luxaciones (dislocaciones articulares).
  • Fracturas por impacto directo.

 

✅ Prevención:

  1. Técnica adecuada al blocar el balón. Aprender a colocar correctamente las manos al atrapar o desviar un disparo es clave para evitar lesiones por hiperextensión.
  2. Fortalecimiento de la musculatura de manos y antebrazos. Ejercicios con pelotas antiestrés, bandas elásticas o agarres en barra ayudan a reforzar los tejidos blandos que estabilizan los dedos.
  3. Uso de guantes de calidad. Elegir guantes con buena protección en los dedos (tecnología “finger save”) puede marcar la diferencia.
  4. Calentamiento específico de manos. Movilizar articulaciones, hacer rotaciones suaves y realizar repeticiones con balón antes de entrenar o jugar.

Lesiones en los hombros: Luxaciones y sobrecargas

Los hombros del portero sufren mucho, especialmente en saltos y caídas. Malas caídas o impactos en estiramientos extremos pueden generar lesiones tanto agudas como crónicas.

Lesiones más comunes:

  • Luxación del hombro (desplazamiento articular).
  • Tendinitis del manguito rotador.
  • Bursitis subacromial.

 

✅ Prevención:

  1. Fortalecimiento del manguito rotador. Usar bandas elásticas para hacer rotaciones internas y externas mejora la estabilidad articular.
  2. Ejercicios de movilidad escapular. Mantener el control de la escápula en movimientos de brazo elevado previene sobrecargas.
  3. Entrenamiento técnico de caídas. Aprender a caer con el cuerpo alineado y sin hiperextender los brazos disminuye el riesgo de luxaciones.
  4. Estiramientos compensatorios. Trabajar la flexibilidad de pectorales, deltoides y trapecios alivia la tensión acumulada tras los entrenamientos.

Lesiones en rodillas: Meniscos y ligamentos

Los constantes cambios de dirección, los apoyos sobre una sola pierna y las estiradas forzadas hacen de las rodillas un punto crítico para los porteros.

Lesiones más comunes:

  • Rotura de ligamento cruzado anterior (LCA).
  • Desgarros meniscales.
  • Tendinitis rotuliana («rodilla del saltador»).

 

✅ Prevención:

  1. Ejercicios de propiocepción. Trabajo con bosu, plataformas inestables o equilibrio sobre una pierna mejora la estabilidad de la articulación.
  2. Fortalecimiento muscular global. Cuádriceps, isquiotibiales y glúteos fuertes ayudan a proteger la rodilla.
  3. Técnica en bloqueos y caídas. Evitar bloqueos con la rodilla completamente extendida reduce el impacto directo sobre la articulación.
  4. Uso de superficies adecuadas. Entrenar en campos en mal estado o muy duros incrementa el riesgo de lesiones articulares.

Zona lumbar: Sobrecargas, contracturas y hernias

La zona lumbar es otro punto de tensión frecuente en los porteros, sobre todo por los movimientos de torsión, saltos repetidos y levantamientos del balón en posiciones forzadas.

Lesiones más comunes:

  • Lumbalgias (dolor en la parte baja de la espalda).
  • Contracturas musculares.
  • Hernias discales por compresión repetida.

 

✅ Prevención:

  1. Fortalecimiento del core. Ejercicios como planchas, bird-dog, abdominales hipopresivos o trabajo con fitball ayudan a estabilizar la zona media.
  2. Cuidado postural. Evitar levantar el balón o realizar gestos técnicos con la espalda curvada.
  3. Estiramientos de la cadena posterior. Flexibilidad en isquiotibiales y glúteos reduce la tracción sobre la zona lumbar.
  4. Recuperación adecuada. Dormir bien, aplicar calor en zonas sobrecargadas y respetar los tiempos de descanso son claves.

Conclusión: Prevenir es mejor que tratar

El portero moderno no solo necesita habilidades técnicas, sino también una preparación física integral y específica que lo proteja de las lesiones.

Trabajar la fuerza funcional, la movilidad, la técnica en caídas y los patrones de movimiento es tan importante como entrenar reflejos o blocajes.

La prevención debe ser parte del entrenamiento semanal. Un portero sano es un portero que puede dar seguridad a su equipo durante toda la temporada.

También podría interesarte...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×

¿Te ha gustado este artículo? ¡Compártelo!