Historia del entrenamiento del portero en el fútbol

El entrenamiento del portero ha sufrido una transformación radical a lo largo de las décadas. Desde una figura pasiva y alejada de los entrenamientos específicos, hasta convertirse en una pieza clave del juego moderno, el camino ha estado marcado por la evolución del fútbol, los avances tecnológicos y una mayor comprensión del papel del guardameta. A continuación, repasamos cómo ha cambiado esta preparación a través del tiempo.

Años 50-60: El portero como «jugador aislado»

Durante estas décadas, el entrenamiento del portero era escaso y poco especializado. Los guardametas participaban en las sesiones generales del equipo, con escasas adaptaciones a sus necesidades concretas. Se centraba casi exclusivamente en el blocaje y despeje de balones, sin apenas desarrollo técnico o físico.

En esta época, el portero era considerado casi como un «apéndice» del equipo. Su entrenamiento era reactivo, no preventivo ni estructurado.

Entrenamientos característicos:

Tiros desde fuera del área sin contexto.
Ejercicios de reflejos improvisados.
Poca o nula implicación táctica.

Años 70-80: El inicio de la especialización

Comienza a reconocerse la necesidad de un entrenamiento específico. Surgen las primeras figuras de entrenadores de porteros, aunque todavía con metodologías muy básicas. Se da importancia a los reflejos, la colocación bajo palos y la mejora de la agilidad.

Porteros como Dino Zoff o Sepp Maier encarnan esta etapa: sobrios, técnicos, con gran colocación, aunque aún con poca participación en el juego con balón.

Claves del cambio:

Se crean ejercicios centrados en blocaje, caídas y saques.
Aparece la figura del entrenador de porteros.
Se empieza a entender el trabajo individualizado.

Puedes ver cómo se trabaja hoy en día esa base en nuestra sección de Ejercicios de técnica y posicionamiento.

Años 90: El cambio de paradigma

La aprobación de la regla del pase atrás en 1992 marca un antes y un después. El portero ya no puede coger con la mano el balón cedido por un compañero, lo que lo obliga a aprender a jugar con los pies. Esta modificación transforma radicalmente su rol dentro del equipo.

Además, se profesionaliza el puesto: los entrenamientos ganan estructura, aparecen rutinas específicas y se introducen conceptos como la lectura de juego, el posicionamiento ofensivo y la participación activa en la construcción.

Elementos nuevos en el entrenamiento:

Trabajo con los pies: pases, controles y saques.
Tareas integradas con el equipo.
Mayor carga física y cognitiva.

Años 2000: La consolidación del portero moderno

El portero ya es un jugador más. Su papel ha evolucionado desde una función reactiva a una función proactiva dentro del sistema de juego. Los entrenamientos se vuelven integrales, trabajando no solo la técnica específica, sino también el aspecto táctico y psicológico.

Además, la tecnología empieza a entrar en escena: análisis de vídeo, GPS, control de carga y biomecánica.

Si te interesa cómo este enfoque ha evolucionado hasta hoy, no te pierdas nuestro artículo sobre la Evolución del proceso analítico en la mejora de la técnica del portero.

Aspectos claves trabajados:

Control emocional y concentración.
Lectura del juego y anticipación.
Juego aéreo, balones divididos y reinicios ofensivos.

Años 2010-2020: Tecnología y metodología avanzada

Con el auge del “juego de posición” y entrenadores como Guardiola o Klopp, el portero se convierte en el primer atacante y el último defensor. El entrenamiento incorpora toma de decisiones, situaciones reales de partido y mayor implicación en la construcción de juego.

Surge el “portero-líbero” o “sweeper keeper”, donde la toma de decisiones en milésimas de segundo es esencial.

Novedades metodológicas:

Uso de drones y cámaras para análisis técnico-táctico.
Simulación de situaciones reales con presión y oposición.
Coordinación estrecha con el cuerpo técnico del equipo.

Este punto lo desarrollamos con más profundidad en Cómo planificar un entrenamiento en adultos.

Hoy: El portero total

En la actualidad, el entrenamiento del portero es altamente especializado y multidisciplinar. Se trabaja con un enfoque integral:

Técnica individual específica.
Capacidad de decisión bajo presión.
Dominio del espacio aéreo y zonas avanzadas.
Interpretación táctica del juego.
Condición física adaptada.
Preparación mental.

El portero ya no es un mero salvador de goles, sino un generador de ventajas para su equipo, tanto en ataque como en defensa.

Además, se tiene en cuenta el perfil individual del portero: no se entrena igual a un portero joven que a uno veterano, ni a un portero de 1,95 m que a uno de 1,80 m. La personalización es clave.

Conclusión: Una evolución en paralelo al fútbol

La evolución del entrenamiento del portero es el reflejo del propio crecimiento del fútbol. Hoy, el portero requiere inteligencia táctica, habilidades técnicas, fortaleza mental y un entrenamiento que abarque todas estas áreas.

Entender esta evolución no solo nos permite mejorar nuestras sesiones, sino también formar porteros más completos, autónomos y competitivos.

Si quieres profundizar más en la evolución táctica y técnica del portero moderno, también puedes consultar el artículo sobre Evolución del estilo de juego del portero.