📅 Publicado el: agosto 21, 2024
🔄 Última actualización: agosto 3, 2025
Uso eficiente del material en entrenamiento

En el mundo del fútbol actual, especialmente en el entrenamiento de porteros, se ha generado una percepción errónea: a más material, mejor entrenamiento. Sin embargo, esta idea dista mucho de la realidad, especialmente cuando hablamos de etapas formativas, categorías amateur o clubes con recursos limitados. En este artículo abordaremos por qué la calidad del entrenamiento no depende de la cantidad de material utilizado, y cómo diseñar sesiones efectivas sin necesidad de llenar el campo de objetos innecesarios.
Más material no significa mejor calidad
Es habitual ver, especialmente en redes sociales, entrenamientos de porteros con una enorme cantidad de material: escaleras, luces de reacción, plataformas inestables, sensores, etc. Si bien estos recursos pueden aportar valor en contextos profesionales muy específicos, no son imprescindibles para diseñar sesiones efectivas y de calidad.
En muchas ocasiones, se pueden realizar entrenamientos más completos y funcionales utilizando material básico como conos, balones y algunas picas. Incluso, sesiones con pocos recursos pueden resultar más beneficiosas para el desarrollo técnico y táctico del portero si están bien planificadas.
La influencia de las redes sociales en el entrenamiento
Entrenamientos para la cámara, no para el portero
El auge de las redes sociales ha traído consigo una distorsión en la percepción del entrenamiento efectivo. Muchos entrenadores, clubes o academias publican sesiones espectaculares llenas de material, donde lo visual y lo impactante priman sobre lo realmente importante: el aprendizaje y la progresión del portero.
Esto puede llevar a que entrenadores jóvenes o incluso padres piensen que un área sin material es sinónimo de entrenamiento pobre, lo cual es un grave error. En realidad, el exceso de material puede entorpecer la dinámica, reducir el tiempo útil de trabajo real e incluso distraer al portero de los objetivos clave de la sesión.
La estructura del club también influye
En clubes profesionales, la gran cantidad de recursos permite explorar nuevos métodos y materiales, a menudo con fines de prevención, recuperación o mejora de aspectos muy específicos del juego. Sin embargo, en el fútbol base o amateur, no se deben replicar estos modelos sin un sentido lógico. La realidad estructural y presupuestaria es distinta, y también lo son los objetivos del entrenamiento.
Entrenar con sentido común
El entrenamiento debe estar adaptado al contexto, y eso incluye el nivel de los porteros, su edad, la categoría, el número de sesiones por semana, el tipo de competición y, por supuesto, la disponibilidad real de medios. Un entrenador competente es aquel que sabe sacar el máximo partido a lo que tiene, no quien depende del material para que su sesión funcione.
¿Qué es lo verdaderamente importante en el entrenamiento del portero?
Organización y planificación
Un buen entrenamiento nace de una planificación sólida, con ejercicios pensados en base a objetivos concretos: técnica, táctica, toma de decisiones, posicionamiento, juego aéreo, etc. Esto puede lograrse perfectamente con el uso de pocos materiales bien seleccionados.
Adaptación a la edad y nivel
Un portero en etapa de formación no necesita entrenar con la misma intensidad ni con la misma complejidad que un portero profesional. Lo esencial es adaptar los ejercicios a su capacidad y ritmo de aprendizaje, manteniéndolos motivados y desafiados, pero sin sobrecargar ni deslumbrar con materiales innecesarios.
Calidad del feedback
El valor real del entrenamiento lo marca la interacción entre el entrenador y el portero: las correcciones, las observaciones en tiempo real, la capacidad de generar reflexión sobre lo que ocurre en cada acción. Ningún objeto sustituye eso.
Creatividad del entrenador
El uso limitado de material obliga al entrenador a ser más creativo y a centrarse en lo fundamental: cómo mejorar al portero. Esta limitación suele fomentar ejercicios más eficientes, con transiciones naturales y menos tiempos muertos entre repeticiones.
Ejemplos de entrenamientos efectivos con material básico
- Ejercicios de reflejos: con simplemente un balón y dos conos, se pueden diseñar múltiples variantes para trabajar reacciones rápidas ante estímulos visuales o auditivos.
- Posicionamiento y desplazamientos: una portería, algunas marcas en el suelo, y la dirección del entrenador bastan para generar patrones de movimiento efectivos.
- Toma de decisiones: introducir variantes en la dirección del disparo, número de atacantes o tipo de balón permite trabajar decisiones sin necesidad de grandes estructuras.
¿Buscas ideas prácticas? Visita nuestra sección de ejercicios para porteros.
Desmitificando el material como sinónimo de progreso
Hay entrenadores que sienten la presión de mostrar “algo espectacular” por miedo a parecer poco preparados si usan poco material. Pero la realidad es que la sobriedad en una sesión suele ser señal de claridad de ideas. Además, muchos grandes porteros han perfeccionado su técnica en entornos humildes, trabajando con lo justo pero con dedicación, disciplina y un buen guía.
Conclusión: el material no entrena, entrena el entrenador
En resumen, la eficacia del entrenamiento del portero no reside en la cantidad de material utilizado, sino en la calidad del contenido, la claridad de los objetivos, y la capacidad del entrenador para transmitir y corregir. Tener más material no es igual a tener mejor entrenamiento. De hecho, en muchos casos, menos es más.
Como entrenadores, debemos formarnos, observar, reflexionar y crear entrenamientos con sentido, sin dejarnos llevar por modas o apariencias. Lo verdaderamente importante es lo que sucede entre el portero, el balón y su entorno de juego, no lo que se ve en una foto para redes sociales.
