Cuándo usar la mano cambiada en la portería

La mano cambiada es uno de los recursos más espectaculares y decisivos en el fútbol, pero también uno de los menos comprendidos. Saber cuándo usar la mano cambiada puede marcar la diferencia entre una parada heroica y un error costoso.

En este artículo, te explicamos qué es la mano cambiada, cuándo usarla correctamente y los errores más comunes que debes evitar como portero.

¿Qué es la mano cambiada?

La mano cambiada es una técnica de portería que permite al portero alcanzar balones muy lejanos o difíciles, generalmente dirigidos hacia las esquinas del arco. Este tipo de parada no es habitual, y por eso cada ejecución debe ser precisa y justificada.

Cuándo usar la mano cambiada

El principal error de muchos porteros es intentar la mano cambiada en situaciones donde no es necesaria. Por ejemplo:

  • Balones que se pueden blocarse o desviar a media altura.
  • Balones a ras de suelo donde la mano natural es suficiente para detener el tiro.

 

La mano cambiada debe reservarse para casos en los que el portero necesita una estirada máxima, generalmente hacia la escuadra del arco, y donde la mano natural no alcanzaría el balón.

Es importante recalcar: la estirada al límite se refiere a la altura del balón, no únicamente a la distancia horizontal respecto al portero.

Errores comunes al usar la mano cambiada

Muchos porteros, ya sea por costumbre o por falta de corrección, cometen errores al intentar la mano cambiada:

  1. Intentarla en balones fáciles de blocar.
  2. Usarla en balones a ras de suelo, aumentando el riesgo de fallar la parada.
  3. Repetir el gesto sin entender la situación de juego.

Estos errores pueden corregirse mediante explicaciones claras y práctica constante, enfatizando cuándo y por qué se debe usar la mano cambiada.

Conclusión: La mano cambiada como recurso estratégico

La mano cambiada es un recurso avanzado de portería, reservado para balones que requieren un esfuerzo máximo y donde la técnica convencional no llega. Aprender a usarla correctamente mejora tu rendimiento y reduce errores innecesarios.

Recuerda: no se trata de hacer la jugada más espectacular siempre, sino de saber cuándo y por qué usarla.

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