Acciones técnicas del portero y los músculos más activos en cada movimiento

El portero es una figura clave en el fútbol. No solo necesita reflejos rápidos, concentración y toma de decisiones precisa, sino también una preparación física específica que responda a los movimientos explosivos y únicos que realiza en cada jugada. A diferencia de otros jugadores de campo, el guardameta requiere una combinación especial de fuerza, coordinación y agilidad para ejecutar acciones como estiradas, caídas, saltos y bloqueos.

En este artículo, te explicamos de forma clara cuáles son las principales acciones técnicas del portero y qué grupos musculares se activan en cada una. Esta información no solo es útil para entrenadores y preparadores físicos, sino también para porteros que deseen optimizar su rendimiento físico con entrenamientos específicos.

Caída lateral y caída rasa: acción clave en porteros modernos

¿En qué consiste esta acción?

Estas caídas se dan cuando el portero se lanza hacia un lado para detener un disparo, ya sea a media altura, alta o rasante (cerca del suelo). Son movimientos frecuentes en situaciones de uno contra uno, tiros desde fuera del área o centros laterales.

Músculos que más trabajan:

  • Glúteos (glúteo mayor y medio): encargados de impulsar el cuerpo lateralmente.
  • Isquiotibiales: ayudan en la extensión de cadera y controlan el descenso del cuerpo.
  • Cuádriceps: aportan fuerza y estabilidad en la pierna de apoyo.
  • Aductores y abductores de cadera: estabilizan la pelvis y permiten mover la pierna hacia el balón.
  • Oblicuos y abdominales: giran y controlan el tronco durante la caída.
  • Deltoides, tríceps y pectoral mayor: permiten estirar los brazos con fuerza hacia el balón.
  • Muñecas y dedos: fundamentales para el agarre, sobre todo en balones rasos.
  • Zona core: protege la columna y equilibra el cuerpo en el aire o durante el impacto.

Juego aéreo: dominio del balón por arriba

¿En qué consiste esta acción?

El juego aéreo es una acción fundamental, especialmente en centros, tiros de esquina y balones largos. El portero debe saltar, posicionarse y tomar decisiones en milisegundos, ya sea para atrapar el balón o despejarlo con los puños.

Músculos que más trabajan:

  • Gemelos y sóleo (pantorrillas): responsables del impulso vertical.
  • Cuádriceps y glúteos: colaboran en la extensión de las piernas para lograr mayor altura.
  • Isquiotibiales: estabilizan y extienden la cadera.
  • Trapecio y dorsales: elevan los brazos con potencia.
  • Deltoides: permiten abrir y extender los brazos por encima de la cabeza.
  • Core: mantiene la postura y el equilibrio durante el salto y la caída.

Parada frontal: control corporal y reacción rápida

¿En qué consiste esta acción?

Es una de las acciones más comunes: el balón va directamente al cuerpo del portero, a media altura o al pecho. El objetivo es absorber el impacto y asegurar la posesión del balón.

Músculos que más trabajan:

  • Cuádriceps y glúteos: mantienen una postura sólida con ligera flexión de rodillas.
  • Deltoides y dorsales: permiten llevar los brazos hacia adelante rápidamente.
  • Bíceps y antebrazos: aseguran el balón y controlan su velocidad.
  • Abdominales: ayudan a mantener el cuerpo estable y equilibrado durante el contacto con el balón.

Parada frontal rasa: rapidez y flexibilidad

¿En qué consiste esta acción?

El balón va por el suelo, hacia el centro de la portería. El portero debe bajarse rápidamente, bloquearlo y asegurar el control. Requiere gran velocidad de reacción y coordinación entre brazos y piernas.

Músculos que más trabajan:

  • Cuádriceps y glúteos: se activan para bajar el cuerpo con rapidez.
  • Isquiotibiales y aductores: estabilizan la cadera y dan equilibrio en el descenso.
  • Pectoral mayor y deltoides: movilizan los brazos hacia abajo.
  • Flexores de muñeca y dedos: permiten asegurar el balón en contacto con el suelo.
  • Zona core: mantiene alineado el tronco y evita caídas descontroladas.

Conclusión: entrenar los músculos adecuados marca la diferencia

Cada movimiento que realiza un portero está respaldado por una activación muscular precisa y específica. Conocer qué músculos se activan en cada acción técnica no solo mejora el rendimiento, sino que también reduce el riesgo de lesiones y permite entrenamientos más inteligentes.

Si eres portero, entrenador o preparador físico, asegúrate de incluir ejercicios que fortalezcan el core, piernas, hombros y muñecas, ya que son zonas clave en la mayoría de intervenciones. Además, no olvides trabajar la coordinación, velocidad de reacción y control corporal, cualidades esenciales para destacar bajo los tres palos.

Consejo final: complementa esta información con sesiones de videoanálisis, ejercicios de propiocepción y trabajo de fuerza funcional para llevar tu rendimiento como portero al siguiente nivel.

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